Si entendemos el concepto de salud mental de una manera sencilla y sobretodo alcanzable, podemos proponer la idea de que se trata de un estado de bienestar emocional que nos permite afrontar las situaciones cotidianas expresando nuestras competencias para continuar avanzando, un estado que nos permite conectarnos con nuestro presente, identificar nuestras emociones y hacernos responsables de las mismas.
La filosofía con toda su historia, sus pensadores, sus grandes maestros y sus diferentes propuestas, posee herramientas de un valor incalculable que han trascendido a través del tiempo y cuya vigencia es perenne. La consigna es trabajar, ser constantes, disciplinados y perseverantes.
Descubrir cómo la filosofía tiene una estrecha relación con las ciencias es sumamente interesante desde el punto de vista intelectual, integrar las enseñanzas de la filosofía a nuestra vida cotidiana es sumamente liberador, es una oportunidad para conocernos mejor, aceptarnos y buscar la armonía con la realidad, con el orden natural.
La práctica de la filosofía consiste en una serie de ejercicios para fortalecer el espíritu, es la búsqueda de mejores hábitos que nos sean convenientes y que nos permitan desarrollar nuestro potencial sin caer en la trampa de la exigencia para alcanzar objetivos idealizados, se trata de la aceptación como pilar de estabilidad.
"El hombre conquista el mundo al conquistarse a sí mismo"- Zenón de Citio
Hacer una pausa para contemplar, meditar, reflexionar y respirar profundamente, es permitirnos tomar distancia para visualizarnos desde una perspectiva que nos ofrece información que inexorablemente va a influir en nuestras decisiones. Ejercitarnos en concentrar nuestra atención en lo que realmente es importante, nos ayuda a no desperdiciar nuestra energía y a lograr avanzar en nuestras intenciones.
La filosofía es una compañera en el camino para aprender a decidir y a encontrar el sentido de la experiencia personal. Es una herramienta en donde el cuestionamiento es el protagonista principal cuando identificamos el deseo por alcanzar esas falsas promesas que se nos ofrecen y que nos despojan de nuestra paz interior.
La idea de integrar la filosofía práctica a nuestra vida cotidiana es una oportunidad para desarrollar el pensamiento crítico que nos permitirá liberarnos de lo que cargamos de forma innecesaria y que frecuentemente nos conduce a un estado de desequilibrio emocional.
Al viajar más ligeros, avanzamos más y nuestro paso es más firme…entonces, ¿filosofamos?
Talking about mental health is a current topic. The number of books, pamphlets, and recommendations to effortlessly achieve happiness, often presented as synonymous with well-being, is exponentially increasing. The race to reach that ideal state of joy and fulfillment unknowingly distances us more and more from that longed-for goal. Paradoxically, the more we run, the further we get from what we seek, and upon realizing this, frustration invades us, the sense of failure becomes present, and we enter a vicious circle that is difficult to identify and consequently difficult to break free from.
If we understand the concept of mental health in a simple and, above all, achievable way, we can propose the idea that it is a state of emotional well-being that allows us to face everyday situations by expressing our competencies to keep moving forward—a state that enables us to connect with our present, identify our emotions, and take responsibility for them.
Philosophy, with all its history, thinkers, great masters, and various proposals, possesses invaluable tools that have transcended through time, and their relevance is enduring. The slogan is to work, be consistent, disciplined, and perseverant.
Discovering how philosophy has a close relationship with the sciences is extremely interesting from an intellectual perspective. Integrating the teachings of philosophy into our daily lives is profoundly liberating; it is an opportunity to know ourselves better, accept ourselves, and seek harmony with reality, with the natural order.
The practice of philosophy consists of a series of exercises to strengthen the spirit. It is the pursuit of better habits that are convenient for us and allow us to develop our potential without falling into the trap of demanding idealized goals; it is about acceptance as a pillar of stability.
"Man conquers the world by conquering himself" - Zeno of Citium
Taking a pause to contemplate, meditate, reflect, and breathe deeply allows us to distance ourselves to visualize ourselves from a perspective that provides information that will inevitably influence our decisions. Training ourselves to focus our attention on what is truly important helps us not to waste our energy and to make progress in our intentions.
Philosophy is a companion on the journey to learn how to decide and find the meaning of personal experience. It is a tool where questioning is the main protagonist when we identify the desire to achieve those false promises offered to us that strip us of our inner peace.
The idea of integrating practical philosophy into our daily lives is an opportunity to develop critical thinking that will allow us to free ourselves from what we carry unnecessarily and often leads us to a state of emotional imbalance.
By traveling lighter, we advance more, and our step is firmer… so, do we philosophize?
Dra. Adriana Rivas
Psiquiatra, Psicoterapeuta, Consultora Filosófica.
Psychiatrist, Psychotherapist, Philosophical Consultant.